Amar y servir al prójimo es una forma de agradecer a Dios

“Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos”, Efesios 2:4-5 (NTV).

Dios constantemente nos enseña en cada situación en Faro de Esperanza, tanto en el Campamento como en los Ministerios. Siempre doy gracias a Dios por tenerme allí trabajando aunque no merezco, estar observando de cerca todo lo que puede hacer en cada vida allí, incluso en la mía. Desde mi trabajo en la parte administrativa, Dios siempre me ha sorprendido vez tras vez con sus provisiones para este lugar y ministerio, dependemos de él para todo, siento que Dios todavía tiene y quiere hacer mucho en este ministerio. Y es un privilegio poder ser parte de sus planes.

La primera semana de niños estaba muy preocupada, los fondos para iniciar el Ministerio de Campamentos Bíblicos por alguna razón no llegaban a la cuenta, por ratos me preocupaba mucho pero confiaba que Dios está al pendiente de lo que estaba pasando y como todos los años nos sorprendió, recibimos los fondos justo días antes de empezar la temporada. De momentos siento que los fondos llegan justo el día que tienen que llegar, siempre en el tiempo perfecto, algo que a veces no entiendo todavía, solo me reconforta saber que Dios nos sigue cuidando.

Durante las semanas de Campamentos Bíblicos pudimos ver a Dios en algunas situaciones. Estaba conversando con un consejero que luego de casi 3 años regresaba a colaborar, en medio de la conversación, me dijo que no quería regresar a su casa; esta expresión siempre se escucha a los niños cada viernes cuando ya está terminando la semana y él solo me respondió, con su voz entrecortada, que él siempre siente a Dios más en el Campamento FE y que no se quería ir. He escuchado esta misma expresión en otra persona y puedo entender que sentimos el mismo amor de Dios en este lugar, por alguna razón que no sé explicar.

Una de las consejeras, quien ha venido a campamento desde sus 9 años como campista y que ahora es parte del equipo, me conversaba que estar colaborando en el Ministerio y aquí en el Campamento es una manera de poder agradecer a Dios por su vida; es simplemente gratitud, devolviendo a los niños el mismo amor que ella recibió, transmitiendo a los niños lo que ella pudo aprender de Dios cuando era una niña.

Hay muchas vidas transformadas por acciones de amor o palabras reconfortantes durante una semana, que gracias a Dios, a su amor y misericordia, se pueden realizar cada año.

Gracias a Dios por ello.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *