Socios
Estuve de visita en Canadá y vi una lámpara que una amiga le había regalado a mi papá. Me gustaba mucho, era hecha de bronce. Una noche, mientras estábamos en el patio, mi papá prendió la lámpara. Me puse a pensar en la luz, en cómo Cristo es la Luz del mundo, pero que a la vez nos desafía a nosotros a brillar como luces. Pensé en Él como un faro que guía y anima con su luz. La Luz de Cristo nos trae Esperanza. De allí surgió el nombre Faro de Esperanza.
Tim Horne
fundador